Servicios de salud sin “distinción”

CAMPANARIO / Martín Sánchez Treviño

2018-01-18

Martín Sánchez Treviño

            A diferencia de otros procesos electorales federales donde está en juego la presidencia de la república, este año 2018 las firmas financieras han hecho públicos sus intereses, sus deseos para que en la nación mexicana predomine el orden y la ruta trazada para el desarrollo y la proyección de la economía mexicana. En una entrega anterior presentamos en este espacio la perspectiva de la calificadora Moody, donde si decir o mencionar a uno de los aspirantes a la presidencia.

Donde advertía de que el ganador de la elecciones de Julio de este año pudiera aplicar medidas proteccionistas y acabe con la inercia del neoliberalismo de la economía de mercados, que los gobernantes de este país pareciera que han adoptado, más como un dogma de estos tiempos que como una alternativa de expansión que se manifieste en el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Lo cierto es que México ha tomado las rutas, las premisas del capitalismo y por lo mismo no hay la posibilidad remota de que pudiera cambiar de régimen, por la llegada de cualquiera de los prospectos a la presidencia de la república.

Ya que más allá de lo que puedan solventar en sus discursos parecieran que son “harina de la misma bodega”. Pues si se revisa el pasado reciente de los tres aspirantes, tienen un origen común. Aunque en sus expresiones buscan diferenciarse uno de otro.

Los tres han simpatizado con el partido tradicional como es el PRI, dos de ellos con mayor cercanía a los principios del revolucionario institucional. El puntero en la contienda, ha sido el más priísta de los tres.

Y actualmente figura cono el más temerario y ante el cual la firma financiera América Latina de Barclays indica en uno de sus estudios que hay preocupación de los inversionistas extranjeros y no pánico, debido a que Andrés Manuel López Obrador, es el puntero de las preferencias.

La principal preocupación que advierte la calificadora es que de ganar Amlo podría cerrar la economía, por el hecho de que hasta ahora habla en los foros y plazas de hacer autosuficiente a México, en materia alimentaria.

Lo que se percibe en el exterior de este país como un cierre comercial, una economía cerrada, como lo pretendió el vecino del norte, claro es que con sus debidas dimensiones. Pero que es motivo de preocupación de los inversionistas extranjeros.

La firma Barclays considera que si gana el candidato de Morena habrá volatilidad -la cual se ha presentado en los últimos 24 años si Amlo gana o pierde- En los últimos doce años ha perdido y el peso ha padecido el peor de los socavones.

No obstante apunta que por la ventaja que lleva aun cuando se genere mayor volatilidad de la moneda mexicana en los mercados cambiario. López Obrador sería disciplinado por los mercados, como aconteció en Brasil durante el primer triunfo de Lula.

Por lo mismo el dueño de Morena tendrá que serenarse, como el mismo lo sugiere a la máxima autoridad de este país. Sobre todo moderar sus expresiones sobre el fenómeno económico, que en definitiva es el regulador de los mercados. Bueno sería que Amlo aumentara la dosis de “Amlodipino”.

Y si este país adopto el modelo neoliberal, cualquiera que gane la elección tendrá que ceñirse por los principios de esa corriente de la economía. Y cualquiera de los aspirantes -aun Marichuy- tendrá que buscar un cambio gradual, ya que afectaría las expectativas de crecimiento.

            En otro orden, Xicoténcatl González Uresti anunció que desaparecerá el área de distinción en el Hospital General Norberto Treviño Zapata, ya que esa área se creó en los hospitales del Estado, cuando se carecía de hospitales privados en las principales regiones tamaulipecas.

            La justificación es que de los hospitales que son parte de la secretaria de salud son utilizados por especialistas, que lo mismo utilizan la infraestructura que se sirven del equipo médico y el cuerpo de enfermeras, que son parte de la nómina del Estado.     

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