El regalo

ENFOQUE / Salomón Beltrán Caballero

2018-02-14

Salomón Beltrán Caballero

Por más que se empeñen los seres que se ahogan en amargura, en tratar de hacernos renegar de la vida, no lograrán su propósito, porque la vida es un regalo que Dios le obsequió al hombre para hacerle sentir el gran amor que le tiene.

Por más acontecimientos funestos que salen a nuestro paso para hacernos desistir del amor por la existencia, quienes los originan, no lograrán arrancar de nuestro corazón el amor que sentimos por nuestro planeta.

Siempre habrá más personas de buen corazón, que las que dicen que carecen de sentimientos buenos, y que por ello, no pueden disfrutar la vida, ni toleran que en otros asome la felicidad con la llegada de la luz de cada uno de los benditos días.

Ayer, entre otros regalos por el Día del Amor y la Amistad,  recibí uno en especial, uno de mis pacientes me dijo preocupado si podía recomendarle a un médico;  extrañado, le pregunté a qué especialista deseaba consultar, y me contestó, que a un médico como yo, porque había escuchado de otros pacientes que en cualquier momento podría jubilarme, y quería tener la tranquilidad de poder tener la confianza que mi persona y mi práctica le daba; tratando de disipar sus temores, le comenté que el día en que me fuera a retirar del ejercicio profesional se lo diría personalmente, y además, que estaba seguro de que su salud estaría en buenas manos, porque no había conocido aún a un colega que no se interesara por sus pacientes.

El saber que he servido a mi prójimo a satisfacción, me llena de gozo; porque si bien es cierto, que no todos los días sale el sol en nuestra práctica, la titilante llama de la esperanza siempre se ha mantenido encendida para iluminar el camino de los que sienten que la vida no ha sido justa con ellos.

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