El ejercicio ayuda en muchas formas a prevenir el cáncer

Los estudios muestran que tanto los hombres como las mujeres que se ejercitan durante sus primeros años tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer en el futuro

2016-03-04

Dr. Mercola

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La evidencia convincente sugiere que hacer ejercicio es un componente importante para la prevención y cuidado del cáncer; ayuda a tener menor riesgo de aparición y reaparición de cáncer, y mejora sus posibilidades de tener una recuperación exitosa.

Un patrón revelado en estos estudios es que, entre más ejercicio haga, más pronunciados serán los beneficios. Los estudios muestran que tanto los hombres como las mujeres que se ejercitan durante sus primeros años tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer en el futuro.

Pero como la mayoría de las cosas en la vida, también se debe hacer ejercicio de forma balanceada y con moderación. Existe un punto ideal y hacer ejercicio de forma excesiva puede ocasionar una serie de problemas; sin embargo, la mayoría de las personas en los Estados Unidos están muy lejos de tener este riesgo.

De acuerdo con un documento realizado en el 20031 el cual se publicó en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, "se han publicado más de 100 estudios epidemiológicos relacionados con la prevención del cáncer y la actividad física".

Los autores señalan que:

"Los datos son claros al mostrar que las mujeres y los hombres activos físicamente tienen aproximadamente un riesgo de 30 a 40 % menor de desarrollar cáncer de colon, en comparación con las personas inactivas...

En relación al cáncer de seno , existe una evidencia razonablemente clara de que las mujeres activas físicamente tienen aproximadamente un riesgo de 20 a 30 % menor, en comparación con las mujeres inactivas.

También, parece que se necesitan de 30 a 60 minutos de actividad física moderada a vigorosa para tener un menor riesgo de cáncer de seno, y también es que probablemente existe una relación dosis-reacción".

Las Células Inmunológicas Que Dependen de la Adrenalina Reducen los Tumores

Muy recientemente, la investigación2,3,4, publicada en Cell Metabolism mostró que los ratones activos experimentaron un desarrollo 50 % menor de tumores, en comparación con los ratones inactivos. Se considera que el mecanismo detrás de esta notable incidencia está relacionado con la descarga de adrenalina que ocurre durante el ejercicio de alta intensidad.

La adrenalina ayuda a mover a las destructoras células inmunológicas naturales (NK) en los tumores que se encuentran en los pulmones, el hígado, y la piel, donde ellas trabajan destruyendo y eliminando a las células cancerígenas.

Para probar esta teoría, los investigadores inyectaron adrenalina a los ratones. Como se predijo, descubrieron que esto ocasionó que las células NK se movieran en el torrente sanguíneo, y que cuando estuviera presente un tumor, las células NK se infiltraban en este.

Posteriormente, para confirmar la relación entre las células NK y la reducción de los tumores, ellos utilizaron especialmente ratones que no tenían células NK. Para estos ratones, hacer ejercicio no tuvo efecto en los tumores.

Bloquear el flujo de adrenalina tuvo el mismo efecto --los tumores permanecieron, incluso cuando los ratones habían hecho ejercicio. Como lo reportó el Medical News Today:5

"El vínculo entre la movilización de las células NK dependientes de la adrenalina y la infiltración en el tumor, fue identificado como la molécula inmunológica de señalización, IL-6. Se sabe que el tejido muscular libera IL-6 durante el ejercicio.

Lo que sorprendió a los investigadores fue que la adrenalina específicamente requirió a las células NK sensibles a la IL-6, y que las moléculas IL-6 ayudaron a guiar a la células inmunológicas hacia los tumores". [El énfasis es mío]

El Ejercicio Es un Poderoso Preventivo Contra el Cáncer

Mientras que la reducción exacta del riesgo varía entre las investigaciones, la documentación muestra consistentemente que hacer ejercicio ayuda a tener un riesgo menor de una variedad de tipos diferentes de cáncer, y a menudo en un grado significativo.

JAMA Oncology, 20156,7

Los hombres que permanecieron en forma a mediana edad, tuvieron un riesgo 55 % menor de cáncer de intestino después de los 65 años de edad.

También, en la mediana edad, los altos niveles de fitness cardiorrespiratorio (CRF, por sus siglas en inglés) ayudaron a los hombres a sobrevivir al cáncer, al tener un riesgo de casi un-tercio (32 %) menor de morir de cáncer de pulmón, de intestino y de próstata

Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention,

Las mujeres con antecedentes de hacer ejercicio en un promedio de 1.33 horas por semana durante sus años de adolescencia, tuvieron un riesgo 16 % menor de morir por cáncer, y un riesgo 15 % menor de mortalidad por todas las causas.

Aquellos que fueron activos en la adolescencia y que mantuvieron el hábito de hacer ejercicio en la edad adulta, tuvieron un riesgo 20 % menor de muerte por todas las causas.

Journal of the National Cancer Institute, 201511,12

En los ratones, el ejercicio aeróbico disminuye el desarrollo de los tumores de cáncer de seno. A través de una mayor oxigenación en el tejido, también hay una mayor efectividad en el tratamiento de quimioterapia.

Journal of Physical Activity and Health, 201413

Un análisis sistemático de siete estudios en grupos y 14 estudios de casos de control, descubrió que la actividad física reduce el riesgo de cáncer de seno, particularmente en las mujeres postmenopáusicas.

2013 International Liver Congress14      

Los ratones que hicieron ejercicio en una banda motorizada diariamente durante una hora, cinco días por semana, por 32 semanas, experimentaron meno incidentes de cáncer hepático (carcinoma hepatocelular) a diferencia de los ratones sedentarios.

Integrative Biology of Exercise meeting in 201215          

Se demostró que hacer ejercicio transforma a las células T en una forma más efectiva para combatir enfermedades, llamada célula T "naive", las cuales estimulan la habilidad de sus células inmunológicas para combatir a las células cancerígenas que ya existen y a las nuevas. Esto ayuda a explicar porque hacer ejercicio es tan benéfico para le prevención y el tratamiento contra el cáncer.

Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention, 200916

En los hombres, el entrenamiento con pesas disminuye el riesgo de morir por cáncer en un 40 %.

Cancer Causes & Control, 201017           

En las mujeres, la actividad vigorosa a la edad de 12 años se relacionó con un menor riesgo de cáncer de seno durante las etapas pre y post menopausia

Las mujeres que hicieron ejercicio moderado durante en su adultez también tuvieron un riesgo significativamente menor de tumores postmenopáusicos.

American Journal of Public Health, 201018         

Las mujeres que estuvieron activas en el hogar durante el día, que se involucraron en levantar o llevar cosas pesadas en vez de pasar la mayor parte del día sentadas, tuvieron un riesgo 38 % menor de cáncer de seno invasivo.

El Ejercicio Mejora las Tasas de Supervivencia del Cáncer y Disminuye la Reaparición

En caso de que llegara a tener cáncer, no caiga en el viejo mito de que descansar es la mejor medicina. Por el contrario, hacer ejercicio ha demostrado tener un impulso significativo en sus probabilidades de recuperación y supervivencia.

Por ejemplo, un estudio de Harvard realizado en el 200519 descubrió que los pacientes con cáncer de seno que hicieron ejercicio moderadamente de tres a cinco horas por semana disminuyeron a la mitad sus posibilidades de morir por cáncer, en comparación con los pacientes sedentarios.

De hecho, cualquier cantidad de ejercicio a la semana aumenta en algún grado las posibilidades de supervivencia de los pacientes con cáncer de seno, y este beneficio permaneció constante independientemente de si las mujeres fueron diagnosticadas de forma temprana o después de que su cáncer se expandió.

Se ha demostrado que hacer ejercicio minimiza los efectos secundarios de las terapias convencionales de cáncer, y mejora la calidad de vida de los pacientes con cáncer.

Un análisis reciente de 16 estudios, descubrió que a nivel global, los pacientes con cáncer que fueron asignados a un programa de ejercicio reportaron consistentemente una calidad de vida significativamente mejor, en comparación con aquellos en los grupos de control que no se ejercitaron; incluyendo un funcionamiento físico y autoestima alta, menos fatiga, menor estadía en hospitales, y menos visitas médicas.

Actualmente, algunas organizaciones contra el cáncer promueven hacer ejercicio como parte del tratamiento convencional para el cáncer, aunque esta información no ha trascendido completamente en la oncología general.

Dos ejemplos de organizaciones que promueven el ejercicio en los pacientes con cáncer son la organización Macmillan Cancer Support localizada en el Reino Unido y la organización Johns Hopkins22 localizada en los Estados Unidos. Ambas organizaciones alientan a los pacientes con cáncer a ejercitarse 2.5 horas por semana.

Una vez que se ha recuperado exitosamente del cáncer, hacer ejercicio también disminuye sus posibilidades de reaparición. Un estudio publicado en el 2012, descubrió que los pacientes con cáncer de seno y de colon que hicieron ejercicio regularmente tuvieron un porcentaje de reaparición de la mitad en comparación con aquellos que no hacían ejercicio.23

El Ejercicio Combate al Cáncer en Muchas Formas

Al explorar la relación entre hacer ejercicio y el cáncer, un estudio24 publicado en British Medical Journal descubrió que hacer ejercicio afecta a varias funciones biológicas que podrían influir directamente en el riesgo de tener cáncer, incluyendo los cambios en el balance energético, la función inmunológica, las defensas antioxidantes, la reparación del ADN, y los niveles hormonales.

De hecho, simplemente no existe un mecanismo responsable de los efectos para combatir al cáncer. Existen muchos, empezando con el hecho de que hacer ejercicio disminuye la resistencia a la insulina, la cual es una estrategia profundamente efectiva para reducir el riesgo de tener cáncer.

Al crear un ambiente bajo en azúcares, combate fuertemente el desarrollo y propagación de las células cancerígenas.

También, esta es una de las razones por las que una alimentación alta en grasas tiende a combatir el cáncer. Un punto clave a recordar es que mientras las células normales pueden utilizar como alimento ya sea a la glucosa o a las cetonas derivadas de las grasas, las células cancerígenas carecen de esta flexibilidad metabólica y necesitan glucosa para sobrevivir y multiplicarse. Interrumpa su suministro de alimentación, y efectivamente, las células cancerígenas morirán por inanición.

El ejercicio, el cual disminuye los niveles de azúcar en la sangre y normaliza su sensibilidad a la insulina, tiene un efecto similar -- crea esencialmente un ambiente que es menos propicio para el desarrollo del cáncer.

También, hacer ejercicio ayuda a deshacerse del exceso de grasa y a mantener un peso saludable (esto pasa particularmente con el entrenamiento en intervalos de alta intensidad). El exceso de peso es un factor significativo de riesgo, y la obesidad es responsable de un estimado de 500 000 casos de cáncer cada año alrededor del mundo.

El vínculo entre la obesidad y el cáncer es principalmente impulsado por las hormonas, ya que las células de grasa producen exceso de estrógeno.

Esto también ayuda a explicar porque hacer ejercicio durante la infancia disminuye el riesgo de tener cáncer, y porque los niños obesos tienen un riesgo significativamente mayor de tener cáncer en su adultez.

La actividad física también mejora la circulación, conduce más oxígeno a sus tejidos, y mueve a las células inmunológicas en su sangre. Al mejorar el flujo sanguíneo en su hígado, también ayuda a que su cuerpo se desintoxique de sustancias potencialmente dañinas, incluyendo el exceso de estrógeno, el cual podría estimular los cánceres sensibles al estrógeno.

La Teoría Metabólica del Cáncer

Talvez lo más importante es que hacer ejercicio promueve la salud de las mitocondrias. El daño mitocondrial puede desencadenar mutaciones genéticas que pueden contribuir al cáncer, por lo que optimizar la salud de sus mitocondrias es un componente clave en la prevención del cáncer. De hecho, la disfunción mitocondrial es uno de los factores principales de prácticamente todas las enfermedades.

Al forzar a las mitocondrias --esas pequeñas estaciones de energía que producen ATP en sus células-- a trabajar más fuerte, estas empiezan a producir especies reactivas al oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés), las cuales actúan como moléculas señaladoras. Una de las funciones que señalan es producir más mitocondrias.

Por lo que cuando hace ejercicio, su cuerpo responde al crear más mitocondrias para mantener los altos requerimientos de energía. El libro de Travis Cristofferson, "Tripping Over the Truth: The Return of the Metabolic Theory of Cancer Illuminates a New and Hopeful Path to a Cure" detalla muy bien todo esto, y es un libro que definitivamente tienen que leer las personas que están interesadas en la prevención o recuperación del cáncer.

 

El ejercicio estimula a la AMPK y el SIRT1, que inhiben secundariamente a la mTOR, y también estimulan la mitofagia y biogénesis mitocondrial, las cuales son mortales para el cáncer. En esencia, el cáncer puede ser visto como un trastorno metabólico, y la llave para la prevención y recuperación se encuentra en restaurar la función mitocondrial y una mayor cantidad de mitocondrias. Hacer ejercicio le ayuda en ambas cuestiones.

También, además de crear un ambiente que combate el desarrollo del cáncer, otra razón del porque la cetosis nutricional funciona bien para el cáncer es porque también estimula la función mitocondrial y disminuye la inflamación.

El Ejercicio Mejora las Posibilidades de Tener una Vida Larga y Saludable

Si desea prevenir una enfermedad ¡haga ejercicio! El cáncer es solo uno de los muchos problemas de salud en la lista que pueden presentarse como resultado de una inactividad crónica. Su salud metabólica y cardiovascular también depende en gran medida de hacer ejercicio. De hecho, uno de los beneficios principales de hacer ejercicio es que mejora la sensibilidad a la insulina y la leptina, y estimula su salud mitocondrial, ambas juegan un papel decisivo en el cáncer y otras enfermedades crónicas.

Lo ideal sería que estableciera un programa de ejercicio completo que incluya ejercicios de alta intensidad y entrenamiento de resistencia --los cuales han demostrado ser particularmente benéficos para la prevención del cáncer. Le exhorto a que considere caminar más, junto con su régimen de ejercicio regular. Intente dar alrededor de 7 000 a 10 000 pasos (o una caminata de aproximadamente una hora) diariamente.

También, evite sentarse lo más que sea posible. Si puede, siéntese máximo 3 horas por día o menos, ya que el mero acto de permanecer de pie desencadena cambios benéficos en su cuerpo.

Naturalmente, si tiene cáncer o alguna otra enfermedad crónica, necesitara personalizar su rutina de ejercicios para que se ajuste a sus circunstancias personales, tomando en consideración su nivel de fitness y su salud actual. Si a veces se da cuenta que necesita hacer ejercicio a una intensidad menor, o de menor duración, no se desaliente. Siempre ponga atención a lo que su cuerpo le dice, y si siente que necesita una pausa, tome un momento para descansar.

Solo comprenda que hacer ejercicio aunque sea por unos cuantos minutos por día es mejor que no ejercitarse absolutamente nada, y probablemente descubra que sus niveles de estamina aumenten con el tiempo, permitiéndole que realice más ejercicios difíciles. Si su sistema inmunológico está severamente comprometido, podría hacer ejercicio en casa en vez de visitar un gimnasio público.

Pero, recuerde que el ejercicio básicamente le ayudará a estimular su sistema inmunológico, por lo que es muy importante continuar con su programa aún si tiene cáncer o padece una enfermedad crónica.

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