Los profesionistas y el bienestar social

DESDE EL RETIRO / Liborio Méndez Zúñiga

2018-07-30

Liborio Méndez Zúñiga

Cuando se habla de transformar a México y se anuncia que el desarrollo social ahora se llamará bienestar social, pareciera que es un cambio cosmético en la dependencia del ramo. No lo es. La desigualdad y la inequidad y la falta de seguridad social para acabar pronto, que se manifiesta como pobreza extrema, reclama abordajes más atinados para combatir el atraso y la miseria de millones de hogares mexicanos.

Entonces, cabe la pregunta sobre los perfiles de técnicos y profesionistas que requiere el plan alternativo de nación que toma la estafeta el primero de diciembre próximo. Perfiles que no solo apelan a los individuos sino también a los colectivos gremiales a que pertenecen, sean asociaciones, federaciones o colegios de profesionistas. En estás páginas ya abordamos sucintamente la frágil institucionalidad de dichas figuras, cuya vida se forjó en el los tiempos y ritmos del priismo, y que no cambiaron modos ni costumbres en el efímero paso del panismo en Los Pinos. 

Ahora reiteramos que el rol social de los profesionistas mexicanos, cooptado por los vicios del régimen que aún respira, no se corresponde con la compleja realidad del país, con los retos de viejos y y nuevos problemas que (para no ir más lejos basta y sobra con la famosa sustentabilidad) demandan al menos una reconversión de saberes y capacidades de casi todas las profesiones, para atorarle al bienestar social.

Es muy reciente la preocupación por asumir en el modelo educativo la formación con la conciencia ambiental y la teoría y método para hacer valer la responsabilidad social de los actores económicos, que si bien generan empleos no asumen a cabalidad el impacto ambiental y en la sociedad de sus actividades productivas. La contaminación de aire, suelo y agua son botones de muestra. 

Entonces, asumir una nueva agenda del desarrollo y postular como estrategia el bienestar social, no es cosa menor, implicaría no solo la valoración actualizada de los prestadores de servicios profesionales, para validar los directorios de los colegios de profesionistas y sus cédulas profesionales, ya que la dimensión de la sustentabilidad es transversal y en todas las secretarías habrá de internalizarse el tema si de veras se buscará el bienestar social.   

También en estas páginas abordamos alguna vez los precarios trabajos de la Comisión legislativa que aborda los asuntos ambientales, cuando se instaló en el marco de la legislatura que termina, y decíamos que era una comisión verde que estaba…muy verde. Lo seguimos sosteniendo a la luz de la aprobación de la nueva ley de aguas, que seguramente pronto será enmendada. Pero el punto es la falta de conocimiento de sus integrantes, los señores legisladores, que mostraron ignorancia supina de la agenda ambiental precedente y recibieron un soplamocos diplomático del Dr. José Sarukhan, quien de plano les recomendó leer la Encíclica del Papa Francisco sobre medio ambiente para que se pusieran al día.

Uno diría que esa estrechez de miras no debiera darse en el congreso federal ni en los estatales, si existe una masa colosal de profesionistas que bien podrían dar soporte y sustento a las iniciativas de ley, que luego resultan en atraco a la nación y desmedro del bienestar social.

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