El paraíso

ENFOQUE / Salomón Beltrán Caballero

2019-07-01

Salomón Beltrán Caballero

Hoy pensé en cómo sería nuestro planeta cuando lo llamaban el Paraíso; la Tierra es y seguirá siendo nuestro hogar y aunque el estado original de la misma haya sido transformado por el hombre, a tal grado, que hay regiones que ya son irreconocibles; en nuestra memoria ancestral sabemos que por más daño que le estemos haciendo, tenemos la capacidad de renovarlo y vivir hasta recuperar la paz y la armonía heredada por el Creador.

Mi pequeño gran paraíso, vive en mí y está en mí, vivir en él, es mi más grande anhelo, de hecho, tengo la capacidad de habitarlo cada vez que logro establecer las condiciones de armonía conmigo mismo y con el entorno, hasta allegarme la paz que reinaba desde que el hombre fue creado; ayer me di el tiempo de estar en él, al coincidir con mi hija María Elena con quien tenía ya tiempo de no platicar sin prisas, ambos nos dimos la oportunidad de intercambiar conocimiento, aprovechando que estábamos en la misma frecuencia y transitábamos por el mismo camino; analizamos  los antecedentes de nuestro encuentro, hallamos coincidencias y establecimos en armonía acuerdos para allegarle felicidad a nuestros seres queridos y ser felices viviendo a plena conciencia, observando a detalle todo aquello que suele escapar a los ojos de los demás y tomando la experiencia para mejorar nuestra calidad de vida.

Mediando nuestra conversación siempre estuvo el Espíritu Santo, por cierto, hablamos de los riesgos que se corren al adentrarse por el camino al cual todos instintivamente solemos rehuir, ante el temor de salirse de los lineamientos establecidos por quienes se dicen calificados para decidir lo que es congruente y lo que no lo es. Lo más curioso de todo, es que no tuvimos miedo para adentrarnos a una plática que finalmente, resultó como siempre debió ser, con confianza, honestidad y con el amor que ambos hemos aprendido de nuestro Señor Jesucristo.

Pero qué podría tener de interés para nuestros lectores, el hecho de que un padre y su hija dialoguen a un nivel donde la verdad es el elemento fundamental para establecer una forma de vida que nos haga sentir que estamos retornando a una voluntad  divina, que sólo busca para todos la felicidad, al abrir los caminos de la conciencia para sabernos capaces de  recuperar aquello que nos ha sido robado por nuestra falta de fe.

El planeta está cambiando y las expresiones de cambio que nos presenta la naturaleza, parecieran no estar acorde a los deseos de todos los que conciben una sola forma para conservar la vida en el mismo: habitar en  armonía, para procurar la paz.

enfoque_sbc@hotmail.com

Derechos Reservados © La Capital 2024