El privilegio del color

DESDE ESTA ESQUINA / Melitón Guevara Castillo

2021-01-20

Melitón Guevara Castillo

La ley, al menos en los países con un Estado de Derecho, determina que todos somos iguales. Y las religiones, por otra parte, dice que todos somos hijos de Dios. Por lo tanto, en la tierra como en el cielo, no puede haber,  o no debe haber, discriminación. Siempre hemos considerado que Estados Unidos, el país que se proclama campeón de las libertades, es donde el racismo ha tenido mayor realce. ¿Qué pasa con México? ¿Hay racismo? La respuesta es que si, si lo hay.

“El color del privilegio” es un libro de Hernán Gómez Bruera y el subtítulo es: “El racismo cotidiano en México”. Ello implica que el racismo lo practicamos todos los días, casi de manera inconsciente. Es cuando uno se pregunta, ¿Qué tanto está impregnada la humanidad de ideas y actitudes racistas?, que nos hacen recordar, por decir, a Hitler y a Federico Nietzsche, con la teoría del superhombre, de la raza superior.

RACISMO EN EL CAPITOLIO.

Lo que sucedió en el Capitolio, allá en los Estados Unidos, fue una manifestación del poder de un grupo de personas, un segmento de la población, en los cuales prevalece la idea de un ser superior. Ideas que, quiérase o no, fueron revitalizadas por Donald Trump como Presidente: que las convirtió en realidad con su actitud hacia los migrantes, con su voluntad férrea de construir un muro. La supremacía blanca que, al decir de Trump, es un movimiento que apenas inicia. 

Hace días, un excompañero de secundaria, que vive desde hace tiempo en los Estados Unidos nos confió en una reunión virtual como el racismo sigue vigente: nos contó que vivió, por ejemplo, los momentos de cuando en un restaurant no atendían. Y como, en el trabajo, el no puede escalar una posición de mayor responsabilidad, porque el día que lo demando le dijeron: eres una espalda mojada. Así, con esta expresión, lo confinaron a ser, siempre, el responsable de una brigada de trabajadores, con todo y que es un ingeniero.

RACISMO COTIDIANO EN MEXICO.

Ahora con el texto de Hernán Gómez no podemos sorprendernos con el racismo de los Estados Unidos cuando, nos abren los ojos, y nos damos cuenta que también en México se practica el racismo. Dice que lo hacemos de manera cotidiana en la familia, la escuela, los medios de comunicación, prácticamente en todos los lugares, sin faltar en el medio laboral. Que lo hacemos por esquemas o estereotipos que aprendemos desde la casa, la familia y la escuela.

El más natural, que se da en la familia, tiene que con el trato a los hijos. Siempre hay uno preferido; o se le presta más atención, hace notar, al güerito. De ahí el título de su libro: “El privilegio del color”. Y a partir de esa discriminación, es como entre los hijos se va formando un problema de personalidad. La discriminación continua en la escuela con el “bullying” entre los compañeros de clase.

MILITANTES ANTIRRACISTAS.

Advierte Hernán Gómez que no ver, ni oír al racismo, es solo ignorarlo, pero ahí está. Por eso, precisa, siempre es conveniente hablarlo; si, con los hijos, con los familiares, con los amigos o compañeros del trabajo. Y propone que todos, de manera consciente, debemos ser activos antirracistas. Que es la única manera de cómo, al paso del tiempo, es posible que se vayan desterrando actitudes y comportamientos racistas. Lo cotidiano se vuelve normal; y eso es lo que se tiene que evitar, puntualizando y aclarando.

Naomi Osaka, por ejemplo, es una activa antirracista. Es tenista y, en el último torneo de tenis en los Estados Unidos salía y se retiraba de la cancha con un cubrebocas con un nombre: el de una víctima del racismo en los Estados Unidos. Cada juego era un cubrebocas diferente… Creo que todos, pero todos, deseamos que se acabe el racismo, la discriminación… bien haríamos empezando por la casa.

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