Separados perderán; unidos pueden ganar

ANÁLISIS POLÍTICO / Antonio Frausto

2021-06-21

Antonio Frausto

Aunque aún se encuentran varias impugnaciones en curso, algunas de ellas muy importantes, como la elección para la alcaldía de Nuevo Laredo, se puede decir que la Elección 2021 en Tamaulipas ya terminó. 

En mi columna anterior, hablé sobre la lección que le dieron los ciudadanos a los partidos políticos, principalmente al PAN que se encuentra en el poder, otorgándole en las urnas el voto de castigo. 

El análisis de lo que se hizo mal, no es la única reflexión que deben realizar las dirigencias partidistas. Hay otras muy importantes que deben de asumir, para después analizar, corregir y diseñar nuevas estrategias si quieren ganar en el 2022, una de ellas: la coalición electoral para la gubernatura.  

El costo de no concretar en Tamaulipas la alianza electoral entre el PRI, el PAN y el PRD, en la coalición “Va por México” fue fundamental para que MORENA ganara los municipios más importantes, así como la mayoría de las diputaciones locales y federales. 

Las matemáticas son exactas y los números no mienten, por ejemplo, si en la Elección 2021 de diputados locales, sumáramos los 495 mil 283 votos que recibió Acción Nacional, con los 127 mil 196 que ganó el PRI y los 15 mil 98 que votaron por el PRD, daría un total de 637 mil 577 votos. 

Si esta cantidad la contrastamos contra los 564 mil 178 votos que recibió la coalición MORENA-PT, es evidente que sí los tres partidos políticos se hubieran unidos en “Va por México”, serían los ganadores en Tamaulipas.  

Pero los votos no son la única consideración que deben tomar en cuenta para formalizar una alianza electoral en el 2022. Hay otras muy relevantes que las dirigencias partidistas deben analizar antes de una decisión y por las que pienso que la mejor opción es ir a las urnas en coalición. 

Una de ellas es el posicionamiento electoral, las candidaturas no se construyen de un día para otro, ni si quiera unos meses antes del día de la elección. Las candidaturas fuertes se cimientan en años de trabajo político y exposición mediática.  

Ejemplo de esto hay muchos, los más cercanos, Francisco Cabeza de Vaca, que desde que fue alcalde de Reynosa en el 2005, se mencionaba que iba en busca de la gubernatura de Tamaulipas y Andrés Manuel López Obrador, que desde que llegó a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el 2000, ya era un fuerte prospecto para la Presidencia de la República. 

Antes de la elección del 6 de junio, los dos principales personajes panista a la gubernatura eran, primero el senador Ismael García Cabeza de Vaca y segundo el líder del Congreso Local, Gerardo Peña Flores, quienes venían construyendo sus candidaturas y posicionándose en la opinión pública y en el territorio por lo menos desde hace un par de años, pero los resultados de la jornada electoral dejaron a ambos con muy pocas posibilidades.  

Por el contrario, la votación proyectó a quienes obtuvieron el triunfo en las urnas, como Jesús Nader Nasrallah en Tampico y el neopanista Óscar Almaraz en Victoria. Sin embargo, fuera de sus regiones ¿tienen realmente un posicionamiento en Tamaulipas? 

Los priistas mejor posicionados son sin duda, Enrique Cárdenas del Avellano, que perdió la diputación federal por del V Distrito y Edgar Melhem, presidente del CDE del PRI, que si bien mejoró ligeramente el número de votos obtenidos por su partido en relación con la elección anterior. No ganó ningún municipio grande, así como ni una sola diputación local y federal de mayoría.  

Del PRD mejor ni hablar, apenas pudieron postular candidatos en los principales municipios tamaulipecos como en Victoria, siendo aspirantes desconocidos para la mayoría de los votantes. 

Es decir, si en el 2022 cada uno de estos tres partidos, postula a sus candidatos de manera individual, en lugar de uno solo que represente a la coalición “Va por México”, el resultado es evidentemente el fracaso. 

Otra consideración que deben tomar en cuenta las dirigencias partidistas para una posible alianza, son las estructuras electorales, por años se aseguró que el Revolucionario Institucional tenía la mejor maquinaria electoral. Sin embargo, no le ha sido suficiente para evitar las derrotas en los procesos más recientes.  

Luego, se dijo que el blanquiazul había cooptado las estructuras priistas y que con los recursos del PAN-Gobierno funcionarían en favor de sus candidatos, lo cual era falso y el 6 de junio quedó demostrado. 

Es decir, es claro que ni al PRI, ni al PAN y mucho menos al PRD les alcanzará solamente con sus estructuras, separados perderán, pero si las unen, las capacitan, las dirigen y les dan recursos suficientes para operar pueden ganar. 

Y la consideración final, es el humor social, el cual es fundamental si se quiere ganar. Hacer un diagnóstico correcto y preciso del humor social del electorado, es clave para el triunfo en las urnas, porque sólo de esa manera se podrán diseñar las estrategias adecuadas para llegar a los ciudadanos y conectar. 

Para hacer un análisis preciso, se requiere de un equipo multidisciplinario, entre ellos de especialistas en antropología social, quienes tendrán la tarea de conocer y comprender los pensamientos, emociones y sentimientos del electorado tamaulipeco, que incluso varia de región a región, para luego diseñar las tácticas de comunicación política que se requieran para influir en ellos. 

Pero la unidad no solo se tiene que dar dentro de la posible coalición “Va por México”, sino también, dentro del Movimiento de Regeneración Nacional si es que quieren ganar. 

Ya que si al partido del presidente López Obrador, le gana la soberbia y se siente triunfador desde ahora, por lo que, en lugar de ponerse a trabajar, los grupos políticos y personajes que aspiran a la sucesión gubernamental se ponen a pelear, estarán desperdiciando su mejor oportunidad. 

MORENA necesita construir una verdadera unidad, primero, cohesionando a las corrientes que lo integran como son: los puros, los moderados y los recién llegados de otros partidos, por lo que se requiere de un verdadero liderazgo estatal, segundo, elegir al candidato mejor posicionado entre los tamaulipecos y por lo tanto el que mayores posibilidades de triunfo les dará. 

Tercero, formalizar las alianzas con sus partidos satélites como son el PT y el Verde Ecologista, y cuarto, desarrollar una estrategia electoral bien definida, como resultado de un diagnóstico preciso del humor social de los tamaulipecos, de lo contrario ni con toda la inercia a su favor del 6 de junio, ganará. 

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