Aboguemos por la paz

DESDE MI VENTANA / María-Eugenia Espriu de Delgado

2022-03-04

 María-Eugenia Espriu de Delgado

LA CIVILIZACIÓN de origen euroasiático, hoy conocida como Ucrania, ha captado la atención pública  provocando preocupación en millones de seres humanos, debido al conflicto armado iniciado por el Presidente ruso Vladimir Putin invadiendo territorio ucraniano y atacando instalaciones militares hasta crear un pánico internacional.

ANTECEDENTES

Esta región oriental de Europa, y una extensión mayor, fue ocupada en el siglo VI a.C. por tribus eslavas orientales, y finlandesas, derivadas de muchas mezclas de pueblos esteparios, que ocuparon aquellas llanuras.

Los pobladores de aquella extensa región también llevaban, en su sangre, genes de Mongoles, Varegos o vikingos, Normandos, Ititas, Germanos, Cosacos, Turcos, Tártaros, Checos, Croatas, Serbios y otros.

Durante 15 siglos, este territorio ha sido víctima de invasiones, insurrecciones, revoluciones, golpes militares, levantamientos, guerras religiosas, divisiones, conflictos diversos en aras de una mayor adquisición territorial, y poderío.  

Como consecuencia, también han experimentado un terrible desgaste militar, con centenares de pérdidas humanas.

GOBIERNOS BUENOS Y MALOS

Como en todos los países, tuvieron muy buenos y malos gobernantes; que beneficiaron o perjudicaron; que hicieron alianzas o convinieron matrimonios que beneficiarían a las partes, o provocaron sufrimiento, y retroceso. Con la expansión, obtuvieron más dominio para controlar el mercado, el gobierno, la iglesia, etc. 

Los habitantes de esta enorme región, después denominada URSS,  experimentaron tiempos de hambruna, debilitamiento social, pestes, enfermedades diversas, malas cosechas, escasez, y sequías.

En los tiempos de bonanza, se hicieron grandes construcciones, catedrales, iglesias y ciudades. Se incrementó la cultura, el comercio, así como el desarrollo militar, agrícola, e industrial. Emperadores, príncipes, zares, monarcas, y poderosas Dinastías gobernaron el llamado Imperio Ruso para alcanzar a ser una gran potencia mundial.

UN BUEN GOBERNANTE

Sobresalió el mandato del Zar de Rusia  Pedro el Grande (1682-1725) quien, inspirado en sus viajes a otros países, abrió el comercio, estableció embajadas, llevó ideas nuevas, racionalistas, e hizo grandes reformas. Le dio un mejor lugar a las mujeres, cambió viejas costumbres, introdujo la higiene, incrementó el desarrollo, mejoró la comercialización; sujetó la autoridad religiosa a su mando; creó un instituto, un periódico, le dio importancia prioritaria a la meritocracia para gobernar, haciendo participar a los más capaces y preparados. Este mandatario construyó la bella y bien trazada ciudad de San Petersburgo, frente al mar Báltico y la nombró capital de la Rusia Zarista trasladando allá a los funcionarios.

Aquellos tiempos pasaron y la iglesia Bizantina se cerró, los católicos y ortodoxos se dividieron, llegaron ideas luteranas y calvinistas, lo que no agradó a muchos xenofóbicos. 

UCRANIA

En 1762 Catalina La Grande asume el poder, comienza a edificar ciudades en las tierras conquistadas y así fundó Ucrania. Pero esa Rusia retrocedió, pues para el siglo XIX era un país atrasado, política, social y económicamente hablando.

Fue Alejandro II, El Zar Reformador,  quien hizo cambios dando libertad a los siervos y campesinos. Hubo avances educacionales, judiciales, y se mejoraron las comunicaciones.

A este país, posteriormente, llegó un cambio tan drástico que alteró con fiereza la historia de la nación. En 1881 entraron grupos anarquistas y liberalistas que echaron atrás todos los decretos. Entraron ideas marxistas. 

Para 1914 estalla la primera guerra mundial, pierden todas las batallas, mueren miles. La Rusia zarista cae con la llegada de Lenin.

Le sucede el sanguinario dictador Joseph  Stalin “el hombre de acero”.

En 1953, El ucraniano Nikita Jruschov libró a la URSS del culto a la personalidad de Stalin”. Protagonizó un giro radical en la historia del país con su “discurso secreto” ante el XX congreso del partido.

LA SITUACIÓN ACTUAL

Sesenta y nueve años después, nos encontramos frente a una guerra entre Rusia y Ucrania, país soberano e independiente. Es una amenaza que espero en Dios puedan resolver los líderes elegidos en las organizaciones internacionales de la OTAN, la UE, la ONU, la OSCE y la  OTSC, que son las  más relevantes en la participación de este choque.

PROBLEMÁTICA ENTRE DOS PAISES

El conflicto entre Rusia y Ucrania comenzó en el año 2014, cuando los rusos tomaron el control de Crimea, acrecentando la enemistad de ambas naciones. Además, desde ese año Putin apoyó a las fuerzas separatistas de dos regiones del este de Ucrania: Donetsk y Luhansk, las cuales él considera son parte de su nación.

Ucrania demanda formar parte de la Unión Europea, y eso a Rusia no le conviene --como tampoco la cobije la OTAN--, porque tendría, en su frontera, una amenaza del enemigo, situado en un puente de invasión. 

Las negociaciones han comenzado, pero la guerra sigue. El conflicto se ha hecho global.

¿EN QUE AFECTA AL MUNDO LA GUERRA?

Esta guerra afecta al mundo, indudablemente. Primeramente se pierden vidas jóvenes, la esperanza del futuro. Hay tremendas consecuencias psicológicas. 

La movilización de tropas sobresalta a las personas, les crea inseguridad y miedo.  Cambia la psique de la gente que está desconfiada. Altera la historia de los niños que quedan en orfandad; adolescentes y jóvenes quedan confundidos. Surge la gente lisiada, y muchos afligidos. Hay dolor por la desaparición de seres queridos. Afecta a la naturaleza, pues las detonaciones y químicos expulsados, dañan el suelo, la fauna, la flora, y la atmósfera.

Hay consecuencias económicas, desabasto, aumento de precios, escasez, tremendo impacto financiero que se refleja en la distribución y adquisición de materias primas; aumenta el costo de la vida, escasea el gas natural, disminuye la producción y distribución de artículos de consumo diario y elemental.

En un estado bélico, la gente se siente moralmente acabada, sin ánimo de seguir adelante; se pierde la confianza, hay hostilidad, quedan historias que dejan marcadas a familias enteras por ofensas que tardan generaciones en sanar; se abren heridas que nunca cerrarán. Una conflagración deja una estela de dolor en las familias de vencedores y vencidos

NUEVAS TECNOLOGÍAS

Hoy en día, con las redes sociales y los adelantos cibernéticos e informáticos, tenemos acceso inmediato a lo que está ocurriendo en muchos husos horarios de donde vivimos; y sabemos que el moderno armamento puede destruir cualquier parte del planeta y crear un caos. Así no hay crecimiento ni gobernabilidad.

LA IMPORTANCIA DE LA PAZ

En tales circunstancias, resulta sumamente importante conseguir la paz porque de esa manera los individuos pueden sentirse tranquilos, y en esa condición trabajar, y producir mejor. El comportamiento es cordial y más cercano a lo moral, se practican los valores universales; la gente es solidaria, hay un acercamiento a la excelencia; se progresa. En este clima social de armonía, se está bien consigo mismo y con el entorno social.

Un estado de paz permite a los individuos realizar sus actividades fraternalmente, con afinidad, en concordancia y sin interferencias; y además se puede prevenir la violencia.

En un estado de paz, el individuo es capaz de alcanzar una sensación interna de calma, de tranquilidad, de amistad, conciliación y, sobre todo, de aceptación. 

En un país pacífico, hay orden, equilibrio, equidad, justicia, bienestar, sosiego, estabilidad, unión y seguridad; y eso es positivo. Es mejor vivir en un estado de concordia, libre de conflictos, contratiempos y desasosiego.

La paz es un estado deseable, universalmente. Es valorada por todas las sociedades y culturas. La paz es conveniente en los hogares, en las relaciones interpersonales y en el interior de cada individuo. En un estado de paz, es posible la práctica de mejores comportamientos. Las negociaciones, la comercialización, y se facilita el aprovechamiento de recursos. El beneficio se reparte más equitativamente, porque hay buena voluntad, alegría, fraternidad, tolerancia y equilibrio.

QUE SE HAGA LA PAZ, NO LA GUERRA

Es por todo esto que debemos pugnar porque, en paz, impere la razón, el discernimiento, la sabiduría, y el buen juicio en nuestros líderes, y en nosotros mismos.

Aunque hay negociaciones que buscan restablecer la paz y el orden, a la fecha el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se ha agudizado; y el pánico internacional, por las consecuencias geopolíticas, ha vuelto a traer las diferencias y hostilidades económicas y políticas entre “el viejo oriente y occidente”, es decir: los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados Europeos, contra Rusia.

Ante esta gravísima situación internacional, que lesiona los valores de la paz y de la humanidad, ¡URGE!, que más allá de la nueva propaganda política, de ambas partes, el diálogo bilateral y la tutela de la Organización de Naciones Unidas, eliminen los daños de la guerra y restauren la paz, el Derecho Internacional y el orden mundial.

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