El síndrome del privilegiado
DESDE EL RETIRO / Liborio Méndez Zúñiga
2023-10-13
DESDE EL RETIRO / Liborio Méndez Zúñiga
2023-10-13
Iniciar temprano el día con la pulsión de escribir, tener la página en blanco por tiempo indeterminado, cavilar y darle vueltas al tema del texto, más vale acompañarlo con sorbos de buen café, negro como la noche y caliente como el infierno. Es un decir, no se lo tomen a pecho. En mi experiencia de escribidor en el retiro, a veces los temas surgen de las noticias de los medios, lecturas de libros, conversaciones a distancia o simplemente de observar el entorno, en la tranquilidad relativa de una comunidad no citadina, aunque los ruidos modernos aparecen cada vez más o bien la tercera edad los soporta cada vez menos.
En días recientes en una entrevista podcastera la académica Viridiana Ríos refirió su idea del Síndrome del privilegiado, aludiendo que todos los escolarizados con carrera profesional somos producto de comunidades, familiares, escolares, laborales, gremiales, políticas, y que a fin de cuentas hemos llegado a puestos y posiciones que muy bien otros pudieron ocupar en lugar nuestro, si hubieran tenido oportunidades. Si de tal aserto el individuo exitoso es consciente, entonces deberíamos ser más humildes, generosos, solidarios, es decir, más humanos. ¿Cómo la ve usted? La autora de la frase, con un doctorado en economía, es autora de libros y artículos que se publican en México y en el extranjero, y estudiosa acuciosa de los problemas nacionales, y no oculta su pasión por derrumbar mitos de los neoliberales e intelectuales conservadores. Lea su libro “No es normal” y busque sus entrevistas en You tube.
Volviendo al punto, pienso que una sola cifra bastaría para darle crédito al síndrome del privilegiado, considerando la cantidad de alumnos que llega a un título universitarios de cada 100 que se inscriben a la primaria, digamos 20 por ciento. Otra historia es cuantos no se titulan, y caen al subempleo o desempleo, incluso con grados de maestría o doctorado. Con el pomposo perfil de egresados como técnicos, profesionistas y artistas útiles a la sociedad, la masa de quienes padecerían el síndrome del privilegiado sería un universo más bien precario. Digo, a juzgar por la cantidad de millonarios que acumulan los beneficios de las riquezas en el país, por una megacorrupción galopante gracias a leyes que no se aplican o simplemente no se respetan.
Viri Ríos se asume como estudiosa pero profundamente comprometida en desnudar la realidad mexicana (“No, no eres clase media”) con periodismo de investigación para lectores interesados en comprender el momentum mexicano, para animarse a participar más en política con los datos duros de su trabajo, al que se dedica con pasión e intención de provocar a los ciudadanos que quieran ser protagonistas desde su ámbito comunitario. La economista experta en políticas públicas, que viene de abajo, dice que estudia lo que la conmueve y que le hace llorar a México, porque a pesar de todo está convencida podemos ser una gran nación, con justicia y desarrollo.
Entonces, cabe la pregunta toral, ya tendremos los cuadros humanos para asegurar que el despertar de las conciencias se consolide y los nuevos servidores de la nación que gobiernan superen el síndrome del burócrata privilegiado de la 4 T, dado que el nuevo partido en el poder no acaba de conformarse y la gobernanza se debate en la vieja cultura de la democracia electoral, haiga sido como haiga sido.