Flotilla de ovnis en Ixtlán del Río
DIMENSIÓN POLÍTICA / Ezequiel Parra Altamirano
2023-10-27
DIMENSIÓN POLÍTICA / Ezequiel Parra Altamirano
2023-10-27
ANÉCOTAS DE CAMPAÑA
TEPIC, NAY.- Aquella media noche del año de 1989 salíamos de nuestra acostumbrada reunión diaria del llamado Movimiento del Cambio en Ixtlán del Río, Nayarit cuando por uno de esos movimientos naturales de la vista volteamos al cielo para apreciar, de improviso, una flotilla de cinco naves espaciales que volaban en formación militar sin hacer ruido alguno en el cielo con dirección a la montaña que circunda nuestro pueblo.
Sin comentarle nada a mi compañero y amigo Juan Carlos Pacheco, que por aquel entonces se empleaba como mi ayudante, abordamos la camioneta suburban que usábamos en la precampaña política que nos ocupaba por aquellos tiempos para dirigirnos a nuestro domicilio que se localizaba por la misma calle de Abasolo en el llamado “Barrio de los Indios”, distante apenas cuadra y media del lugar donde solíamos reunirnos para ventilar los asuntos del día y programar los del día siguiente.
Fue hasta que al llegar a nuestra casa y descender de la camioneta cuando, dirigiendo la vista al estrellado y clarísimo cielo tapizado de estrellas le pregunté a Pacheco, como le decíamos a mi amigo:
-¡Ya te fijaste en aquellos aviones que no hacen nada de ruido?
Pacheco volteó la mirada hacia donde yo le indicaba y exclamó, verdaderamente sorprendido:
-¡Ay cabrón! ¿Pero qué es eso?
-Cállate -le dije-. No digas nada. Para mí que son eso que llaman ovnis porque no hacen nada de ruido y fíjate cómo vuelan tan bien alineados y como en escuadrón, pero no se escuchan los clásicos motores de los aviones jet.
Luego de lo dicho nos quedamos callados apreciando que al paso de los minutos aquellas misteriosas naves se perdían entre la montaña dejándonos verdaderamente intrigados.
-Vamos a dormir -le sugerí entonces mientras nos encaminábamos a la puerta de la casa-. Pero por favor mañana no le comentemos a nadie lo que acabamos de ver pues si de por sí nuestros adversarios políticos ya nos cargan con tantos dimes y diretes, para entonces dirán que estamos locos.
ELLOS TAMBIÉN LOS VIERON
A la mañana siguiente nos encontramos para desayunar en el restaurante “Nápoles” con nuestros compañeros y amigos el ingeniero Carlos Jaime Nolasco y Braulio Soto Villalobos, el primero que competía por la presidencia del Comité Municipal del PRI -junto con Silvestre Moya Palacios que buscaba ser electo secretario General-, y Braulio que se había sumado a nuestro movimiento político para auxiliarnos en todo cuanto se necesitara, aunque con el paso de los acontecimientos se había revelado ante nosotros como todo un maestro de ceremonias en los eventos de proselitismo que frecuentemente realizábamos, además de que, habilidoso como era, había preparado un auto debidamente decorado con los emblemas del PRI y el lema de nuestra pre campaña, que se utilizaba como unidad de sonido a través del cual se promocionaba en los barrios, colonias, ejidos y comunidades diversas las acciones y eventos con los que buscábamos atraer a la población en nuestras metas políticas comunes, siendo la principal ganar la llamada Consulta a la Base por la Presidencia Municipal, en tanto a nuestro compañero y amigo Otoniel Pérez Orta lo impulsábamos como precandidato a la Diputación por el XIII Distrito Electoral que en aquel entonces se integraba con los municipios de Ixtlán del Río y Amatlán de Cañas.
Ya durante el desayuno y sin que Pacheco y yo comentáramos nada de lo habíamos presenciado al salir de la reunión de la víspera, Braulio Soto preguntó de repente:
-¿No vieron anoche los aviones que volaban sin que hicieran nada de ruido?
Ante aquella pregunta ni Pacheco ni yo respondimos nada según habíamos hecho el compromiso de no decir absolutamente nada para evitar se nos etiquetara de dementes.
Sin embargo, el ingeniero Carlos Jaime insistió por su lado:
-¡Qué bárbaro! ¡Jamás habíamos visto una cosa tan impresionante y hermosa! -uniendo el entusiasmo a su dicho y comentando además que en su opinión debieron ser unos ovnis pues se aunaba a ello no solamente la falta de ruido sino que se destacaban por la formación en que lo hacían, lo que hacía más impresionante la visión de aquel fenómeno celestial.
A GUARDAR EL SECRETO
Ya para entonces y tras comprender que lo que habíamos visto por nuestro lado lo confirmaban nuestros compañeros de lucha, nos sumamos Pacheco y yo a los comentarios aduciendo que lo mejor sería guardar el secreto entre nosotros para evitar que se nos atacara políticamente por ese lado, sin embargo el tema quedaría entre nosotros como una de las experiencias extraordinarias que nos dejaría aquella aventura política de los años 1989 – 1993, al final de la cual lograríamos conocer el dulce sabor de la victoria al ganar, primero, la Consulta a la Base Militante del Partido Revolucionario Institucional y, finalmente, concretar nuestra meta de convertirnos en Alcalde, Diputado local y dirigentes del Comité Municipal del PRI (Carlos Jaime y Silvestre Moya), amén de lograr impulsar las carreras políticas de otros compañeros y compañeras que llegarían a integrarse como regidores y regidoras.
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