Marcelosis, marcelato o marcelismo?

DESDE EL RETIRO / Liborio Méndez Zúñiga

2023-11-16

Liborio Méndez Zúñiga

El aparente desenlace de la rebelión del Carnal Marcelo, como se vio en recientes días, no ha sido terso y queda la duda razonable de los profundos motivos del lobo, diría el poeta.

Esta humilde pluma lo anticipó: Marcelo nunca fue de izquierda dura, y la intentona fue jugar por el centrismo del cual proviene el hombre, que nunca defendió sus principios al lado de los teóricos visibles nacionales y extranjeros. 

Ebrard apostó a su imagen innegable como político de carrera, cosechando a los tricolores progresistas y a modo de la simbiosis Pri-Mor y del Movimiento Ciudadano, por su puesto con la simpatía de los poderosos de adentro y de afuera.

Ahora retomo la trinomia de marcelosis, marcelato o marcelismo; el primer término con el paradigma de las enfermedades virales, o las antracnosis vegetales, para ponderar que la rebelión no llegó a pandemia política para Morena, de robusto sistema inmunológico, admitido por propios y extraños.

Sin embargo, la pretensión de verse como segunda fuerza y asumirse como líder moral de curulecos traidores, apuntaría a un marcelato de facto, o sea, sí juego pero con mis canicas. 

La frase de verse siempre como Presidente, y por eso no desertar de Morena, apela a germinar en el imaginario popular una nueva ola de progresismo a la mexicana, con un hombre fuerte sin armas, pero con muchos patronos listos para ponchar a Morena en 2030. Es decir, marcelismo por obradorismo. 

Por lo demás, los bravos de Morena ya lo dieron por amanzado y la revolcada en las redes lo pregona, pero la decisión final es la justa electoral de conquistar 30 millones de votos en 2024. 

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