Lunes de reflexión

Y ahora sé a lo que estoy más expuesto, y es la causa de la mayor parte de mis males, estoy expuesto a mi imprudencia, que tiene por fiel compañera a la ignorancia. (SBC citas)

No basta tener conocimiento para salir bien librado en la vida, se necesita tener plena conciencia para aceptar que nos hemos equivocado, para evitar justificarnos cada vez que cometemos errores, y buscar la autocomplacencia para sentir que de nuevo podemos poner los pies en la tierra, y estar dentro del orden establecido por las normas sociales, mismas que, en el proceso de maduración de la conciencia, riñen en muchas ocasiones con los principios que rigen nuestra naturaleza.

Entonces, de aceptar lo anterior, nuestro mal estar en la vida, siempre estará ligado a nuestra forma de interpretar lo que nos pasa, de ahí que, de no tener la capacidad de analizar todo el contexto del problema y poner en la mesa exclusivamente lo que a nuestro entender inmaduro, es lo que nos afecta, la mayoría de las veces, llegaremos a la conclusión de que somos víctimas de la conducta de otras personas y no de la nuestra, y navegar con esa etiqueta autoimpuesta y reforzada por el sentir de otros seres igualmente “lastimados” profesionistas o no, buscando eternamente culpables y no soluciones a nuestra forma equivocada de interpretar todo lo que nos pasa, nos hace sufrir un perenne calvario, mismo que, al final del camino, nos hace acudir a la cita de expiación divina con un espíritu muy decaído, que como los productos defectuosos de una manufactura en serie, seríamos desechados y no seleccionados para continuar con el pulimiento y perfeccionamiento que nos obliga el paradigma a parecernos a nuestro Creador.

“Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios”. (Mc 10:18)

Mucho nos falta por aprender, más no esperemos encontrarlo en libros y tratados, debemos de buscar en nuestro interior, debemos asomar a nuestra conciencia lo que hace mantener el equilibrio de nuestra vida, pongamos en la balanza existencial las buenas enseñanzas de Dios y sus mandamientos y analicemos por otro lado lo que estamos haciendo con nuestro libre albedrío, mismo que ha rebasado con mucho lo permitido por la ley del Creador y ha sido en el pasado y en el presente, la causa de tantos desastres tanto naturales, como sociales en lo político y en lo económico.

Y ahora sé que debo responsabilizarme de mi vida y velar en ello por la salud física, mental y espiritual de la misma, no siguiendo el interés de otros, cuyas ideas Pseudo-Revolucionarias, dejan entrever, que detrás de su verdad se encuentra la mayor de sus mentiras.

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