La secretaría de ciencias, tecnologías y humanidades en los estados

CIENCIA Y SOCIEDAD / Felipe Eduardo San Martín González

2024-07-06

Felipe Eduardo San Martín González

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (en adelante OCDE), el número de estudiantes de educación superior (en los sucesivo ES) en México se duplicó en la década 2010-2020 y cada año más de medio millón de egresados de este nivel se incorporan al mercado laboral. Encontrar empleo adecuado es difícil y un gran número de jóvenes egresados de la ES trabajan en puestos para los cuales están sobrecalificados o consiguen empleos sin seguridad social ni cobertura de pensión *.

     El sistema educativo de nivel superior mexicano es grande, complejo y complicado (casi 4000 instituciones, susbsistemas varios y problemática administrativa, laboral y académica) y la diversidad de campos y niveles de estudio requeridos para cubrir las necesidades del mercado laboral son insuficientes. Tengo para mí que el principal objetivo de los sistemas de ES mexicanos es dotar a sus egresados de un bagaje científico, ético y filosófico para ir por la vida exitosamente tanto en lo personal como en lo laboral: “hago lo que me entusiasma y además me pago o pagan bien”.

¿Qué pueden hacer los responsables de formular políticas públicas para ayudar a que los sistemas de ES cubran las necesidades del mercado laboral? ¿Cuáles políticas debemos esperar en los estados después de que la presidenta electa, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, anunciara elevar a rango de Secretaría el Consejo Nacional de Ciencias, Humanidades y Tecnologías?

      Para elevar al mismo nivel jerárquico y atraer programas y financiamiento de orden federal, es conveniente los gobernadores de los estados decreten la fusión de los consejos de ciencia, tecnología e innovación con los subsistemas de ES  (exceptuando las escuelas normales) administrados en las secretarías de educación locales, para conformar una Secretaría de Educación Superior, Ciencias, Humanidades y Tecnologías (en adelante La Secretaría).

      La Secretaría le daría autonomía de gestión a la ES y la despojaría de la influencia de criterios que se aplican en otros niveles educativos. Es imperativo los funcionarios de La Secretaría tengan muy claro que en el proceso enseñanza-aprendizaje las actividades sustantivas del nivel las llevan a cabo el profesor y el estudiante en un entorno social específico conocido como el ecosistema escolar o la comunidad escolar.  Por lo que los esfuerzos administrativos y de financiamiento deben enfocarse al aula, el taller, el laboratorio y la comunidad sin menoscabo de la organización, no preeminente, de actividades extraescolares como las deportivas y culturales que bien pueden llevar a cabo o complementar las dependencias gubernamentales de cultura y deporte.

      Respetando su autogobierno, La Secretaría contribuirá a alinear las políticas de docencia, investigación y extensión de las instituciones de ES autónomas con la Ley General de Educación Superior, aplicando los criterios siguientes: la ES constituye un derecho y su financiamiento es público, por lo que será mandatorio la rendición de cuentas a los congresos locales; es obligatoria, gratuita y se compone de los niveles técnico superior universitario, profesional asociado u otros equivalentes, licenciatura, especialidad, maestría y doctorado; tenderá a la cobertura universal en el nivel licenciatura y no es una mercancía sino el bien intangible que permite una mejor calidad de vida y movilidad social,. 

      Un número desconocido de programas de instituciones privadas operan fuera de los sistemas de acreditación serios y en muchos casos no queda claro si en su acreditación hubo un componente ajeno al académico, otros funcionan casi en la clandestinidad y en otros su calidad y pertinencia dejan mucho que desear. Para otorgar reconocimiento de validez oficial de estudios (RVOE) a instituciones de educación privadas, La Secretaría exigirá altos estándares de calidad del servicio educativo mediante la comprobación de un profesorado con credenciales académicas de alto nivel y experiencia probada; programas académicos sólidos y pertinentes que no conduzcan al egresado al desempleo y a él y su familia a experimentar un sentimiento de frustración dada la certeza de haber sufrido un fraude, porque hay egresados que a la par de poseer conocimientos anacrónicos e insuficientes no son capaces siquiera de redactar un texto de media cuartilla; asegurar cobros razonables de colegiaturas y diversos “servicios”; y eliminar carreras y posgrados sin rigor y de duración sorprendentemente corta.

     En cuanto a la oferta de carreras, es deseable se cree en La Secretaría y en las instituciones de educación superior públicas y privadas un grupo multidisciplinario de profesionales que se constituya en un Consejo de Análisis de Carreras y Posgrados, Consejo que le dé solidez a la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (COEPES) y sugiera a la autoridad educativa respectiva la apertura, reorientación y cierre de carreras como resultado de estudios al nivel municipal de tipo socioeconómico, de factibilidad, de demanda escolar y laboral, de absorción y de abandono. Asimismo, dicho Consejo organizará una base de datos a partir del seguimiento a egresados con el fin de contar con información sobre el desempeño profesional en el campo laboral, así como los cambios en éste debido a los avances tecnológicos y la dinámica social. Como ejemplo, de acuerdo con la OCDE* en las universidades públicas más de un tercio de los alumnos están matriculados en administración de empresas y derecho, debido a la ausencia de carreras que los empleadores reclaman, a la falta de diversidad en términos de campos y niveles de estudios y a un esquema de comunicación centrado, principalmente, en temas extracurriculares, lo que dificulta a los egresados del nivel medio superior tomar decisiones informadas sobre su futuro profesional.

     Es pertinente que en cada carrera, sea ésta de humanidades, ciencias o de ingeniería, se enseñe filosofía general; filosofía e historia de la ciencia; los diseños metodológicos para generar conocimiento en matemáticas, ciencias sociales y ciencias experimentales; principios de economía y administración, aprendizaje para aprender y autorregulación, esto con el objeto de egresar profesionales con una cultura general amplia, proclividad a la lectura, curiosidad por aprender, y pensamiento crítico y reflexivo. Aquello sustenta resultados positivos en el sitio de trabajo, pues permite a las personas afrontar retos imprevistos en forma proactiva y eficaz. La capacidad de realizar análisis y síntesis es cada vez más importante para el éxito en el mercado laboral. * 

     A las carreras de ingeniería, de ciencias y a los programas de posgrado, es impostergable que de una vez por todas se les dote, por parte de la federación, los estados y la iniciativa privada (por la vía de contratos de servicios), de laboratorios y talleres bien equipados así como recursos materiales y financieros para la realización de trabajo de campo, lo que prevendrá egresen profesionales con una gran carga teórica y con habilidades y destrezas insuficientes para desempeñarse en el terreno laboral. De esa forma se evitará a los empleadores destinar recursos humanos y económicos en programas de inducción al trabajo.

     La lógica no cabe cuando se atestigua existen programas de licenciatura y posgrado con profesores que siendo miembros del Sistema Nacional de Investigadores hacen investigación no financiada por el Consejo Nacional de Ciencias, Humanidades y Tecnologías, instancia que avala la pertenencia a dicho Sistema; los programas están certificados aun cuando cuentan con laboratorios y talleres mal equipados o de plano sin equipo; y en un buen número de casos no exigen a sus estudiantes dediquen tiempo completo al programa, lo que resulta en posgrados de fin de semana  que para lo único que le sirven al (la) “Doctor (a)” o “Maestro (a) es para obtener más dinero al escalar en los diferentes programas que otorgan estímulos académicos y en monetario a los docentes, como el Programa de Mejoramiento del Profesorado, por ejemplo. 

     Con todo y la existencia de posgraduados egresados de programas bastante flexibles, en México sólo el 0.01% de la población tiene un doctorado, alrededor de 128 mil personas siendo el porcentaje más bajo de los países de la OCDE. Y preocupante, la mayor proporción de doctorados obtenidos en México son en el ramo de la educación, finanzas y derecho (63%) mientras en los demás países de la OCDE las ramas con más doctorados son las ciencias naturales, las matemáticas y la estadística. **

     Los procedimientos del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro pueden servir de modelo para auxiliar pasantes de licenciatura. Esta acción requerirá de un esfuerzo mayúsculo de vinculación entre la escuela, el sector productivo y el programa mismo, los tres coordinados por La Secretaría. El programa, en su vertiente de apoyo a egresados de la ES, deberá contar con un fondo para financiar becas-tesis de licenciatura en áreas específicas y apoyar la titulación para aligerar el peso económico que significa no tener un trabajo remunerado y además seguir gastando para obtener un título. 

    Existen instituciones de ES (como los Institutos Tecnológicos) donde un buen número de profesores se ha constituido en algo parecido a una gerontocracia debido a un sistema de pensiones que no les garantiza incentivos económicos suficientes después de la jubilación. Ello ha resultado en desempleo o subempleo de jóvenes con inclinación a la docencia y a que pululen profesores de asignatura para los que no hay iniciativas de formación en métodos de enseñanza para el desarrollo profesional. Además, su necesidad de asegurar ingresos adecuados no permite, entre otras anomalías, su estancia en la escuela para otorgar tutorías a estudiantes y realizar investigación. Estas precariedades laborales injustas deben ser objeto de análisis a conciencia y definir alternativas para que se dé el necesario relevo generacional entre los maestros e investigadores del sistema educación superior.

     Finalmente, en la próxima entrega trataré de puntualizar el papel deseable en los estados de la recién anunciada Secretaría de Ciencias, Tecnologías y Humanidades, en lo que a investigación científica y desarrollo tecnológico se refiere.

https://doi.org/10.1787/a93ed2b7-es.

** https://www.oecd.org/education/education-at-a-glance/EAG2019_CN_MEX_Spanish.pdf

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