Ahora me corresponde

ANECDOTARIO / Javier Rosales Ortiz

2024-08-09

Javier Rosales Ortiz

RELATO 1.-Si lo miro desde este lado se me enchina la piel porque despierta en mi recuerdos ya enterrados de una escuela que se ubica lejos y a la cual pocos son los provincianos que tienen acceso, porque siempre ha sido la más peleada, reñida y complicada para todos aquellos que deseamos acomodarnos en un pupitre.

Es la institución educativa superior que ocupa ya por dos años consecutivos el primer lugar de calificación a nivel nacional, mientras que en lo internacional forma parte de las mejores cien de un grupo selecto, con el número 94.

Es más, está por encima de las universidades prestigiadas de Canadá, Berlín, Dinamarca y Estados Unidos, lo que dice mucho de la Universidad Nacional Autónoma de México, mi adorada e imponente institución que me abrigo durante la generación de 1977 - 1981, como uno más de sus hijos.

Me relajo y recuerdo que goce de catedráticos universitarios mexicanos y extranjeros, entre estos últimos la argentina Alicia Poloniato, el panameño  Roberto Iglesias y la descendiente de israelíes, - me parece-Lilian Liberman, experta en televisión y fotografía que era muy afecta a enviar a los estudiantes de periodismo a la calle, porque es allí donde se debe formar un comunicador.

Liberman, de bellos ojos azules, en una ocasión nos dio la orden en una noche muy lluviosa y un lugar sumamente peligroso como lo es Nezahualcoyotl , en el D.F, de elaborar un reportaje en una pulquería de sexto nivel, a donde llegamos llenos de lodo y donde fue necesario convivir con los maltrechos parroquianos.

Ellos nos miraban con respeto, nos pidieron probar el pulque y accedieron a las entrevistas y todo salió bien, pero siempre hay un prietito en el arroz, que apareció varios días después de que Lilian calificara bien el reportaje televisivo.

El pago que recibimos el grupo de estudiantes de periodismo que participamos es que nos infectamos con piojos y no de los más comunes, que corrían el peligro de pasar de cuerpo a cuerpo en el aula escolar universitaria.

A unos les dio risa y a otros coraje, pero los riesgos son así y se toma como una primera experiencia aunque sea baja, sucia y vulgar, que fue combatida con los medicamentos de aquel entonces.

Y fue buena la calificación que vino de Lilian, una guapa mujer que tenía en su haber una maestría en Francia  y que formo parte de los movimientos feministas en los años 70 que lograron despenalizar el aborto.

Y este breve recuerdo estudiantil lo abordo porque la Universidad Autónoma de Tamaulipas casi le pisa los pies a la UNAM con lo del cuarto mejor rector a nivel México, muy cerca una de la otra según la calificadora MEXTUDIA. 

Eso es un orgullo para Tamaulipas y todo un acierto del rector Dámaso Anaya Alvarado, quién no pierde el paso y sigue adelante.

Las dos se cotizan bien y eso ni quien lo niegue.

RELATO 2.-A Ciudad Victoria la naturaleza la premia, pero también se le baña, porque las lluvias siguen provocando destrozos, baches que hacen sudar mucho a las autoridades municipales.

Aparecen por aquí y por allá y algunos allí siguen y el alcalde Eduardo Gattas Báez busca y encuentra recursos para corregir los baches que deja el cielo cuando llora, algo que no se puede evitar, porque con las lagrimas no se juega.

Se nota, se ve y se siente la relación entre Lalo y las autoridades estatales, porque a Ciudad Victoria y a sus habitantes nos los deja solos.

Lalo, siempre sonriente, recorre las calles sin perder la paciencia y sabe, bien que sabe, que ninguna población amanece sin baches, porque eso es imposible.

Y también por las lluvias, acompañado por el Secretario de Salud de Tamaulipas, Vicente Joel Hernández Navarro, vestido de campirano, Lalo se sumo a la lucha que se libra para el combate a la aparición del  dengue, enfermedad molesta y en ocasiones mortal por la proliferación de zancudos.

Los dos luchan y protegen a la ciudadanía, por eso piden que los victorenses colaboren con los trabajos de fumigación y que no pongan resistencia.

Usted sabe del riesgo y no le queda otra.

Más que abrir, los brazos.

Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.co

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