El Cielo no puede esperar

DESDE EL RETIRO / Liborio Méndez Zúñiga

2024-09-14

Liborio Méndez Zúñiga

En el retiro, desde que amanece uno puede optar por la parsimonia, el relax o se puede observar el entorno de la vida en la provincia, en este caso en un rincón de la provincia biótica tamaulipeca mejor conocida como Reserva de la Biosfera El Cielo. Una iniciativa señera que partes interesadas cristalizaron con el decreto de una ley del Congreso de Tamaulipas (1985) para conceder el estatus de Área Natural Protegida al territorio de 144,000 hectáreas, comprendiendo los municipios de Jaumave, Llera, Gómez Farías y Ocampo. 

De manera general, lo que ha pasado en 40 años, implica varios sexenios, con el mandato de elaborar los planes de manejo, que han sido casi letra muerta ya que el quid de la conservación como ANP de la biota sigue siendo un anhelo no concretado, dicho por propios y extraños.  

Lo que destaca en estos 40 años es haber insistido en crear un destino turístico supuestamente de ecoturismo, particularmente para Gómez Farías como entrada más propicia a la parte alta de la montaña y a su hermoso bosque de niebla. Es de destacarse el proyecto y la construcción del Centro Interactivo Ecológico en la cabecera municipal, supuesto museo de sitio según los especialistas, pero en mi modesta opinión insuficientemente aprovechado pese a una inversión de 160 millones de pesos que, por cierto, causaron cierto resquemor en los otros tres municipios ya mencionados.

El museo, ahora denominado parque, se ha demeritado con el tiempo, y no es raro entonces que el museo no sea parada obligada para los visitantes, dedicándole un par de horas para conocer en las salas del museo los ecosistemas presentes en el Cielo, y de paso advertir las reglas de acceso a este paraíso y regular la capacidad de carga.

Lo más preocupante, se ha dejado de lado un vigoroso programa de educación ambiental y capacitación para los habitantes y prestadores de servicios en El Cielo, guías de turistas y eco guardas del territorio, incluso hasta un centro de investigación internacional, dada la visita de científicos nacionales y del extranjero.

Estimo que la suerte de las áreas naturales protegidas en México ha tenido historias parecidas por la falta de apoyo técnico y presupuestal, pero sobre todo por la falta de una política de estado y una visión compartida con la conservación de la biodiversidad de los tres órdenes de gobierno. Viene a mi mente el caso de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, creada en la época neoliberal, que tuvo que esperar años para contar con el reglamento de rigor, que permitiera concretar dicho proyecto, lo cual no impidió que surgieran actualizaciones en la normatividad de los estados y dependencias, ponderando un modelo de desarrollo rural sustentable, que por cierto se fue al traste con la modificación del salinato al Artículo 27 Constitucional, que abrió las puertas al rentismo en los terrenos ejidales y al acaparamiento de tierras. ¿Cuál es la situación en materia agraria de El Cielo? Está por verse, pero algo tendrá que hacer la autoridad para regular el turismo de naturaleza…cuestionable.

Recientemente supimos que se firmó un convenio entre la federación y Tamaulipas con motivo de un programa denominado Proaire y al parecer se reiteró la propuesta de federalizar la reserva de la biosfera el Cielo,  con la venia del gobernador y por supuesto del Congreso estatal para darle paso al decreto federal en el sexenio, que está por terminar y tal vez dicho intento se deje para el próximo sexenio.

Hay que decir que con AMLO se incrementó significativamente el número de ANPs, lo cual se puede constatar en el Sexto Informe de gobierno; sí procede el reconocimiento del Cielo como reserva federal veremos otra transición en materia de desarrollo sustentable y ojalá ello tenga como consecuencia el manejo que merece este tesoro de biodiversidad considerado Patrimonio de la Humanidad.

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