19N: llamado a reflexionar sobre la salud de los hombres

Cada 19 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Hombre, una fecha en la que quejas irónicas sobre la falta de festejos a los hombres las seguimos viendo en redes sociales; evidencia del desconocimiento y la confusión sobre el propósito central de los “Días Internacionales”: visibilizar una problemática determinada.

No es, ni debe ser, una fecha para exaltar la supremacía masculina, ni es una versión otoñal del día del padre. Su sentido es otro: visibilizar los problemas específicos que enfrentan los hombres por razones de género para analizar los modelos tradicionales de masculinidad son perjudiciales tanto para ellos como para el resto de la población.

Las jornadas realizadas en el marco del 19 de noviembre pasado, giraron en torno a tres temáticas centrales: promover modelos masculinos positivos, reconocer las aportaciones constructivas de los hombres en la sociedad y enfocar la mirada en su salud física, emocional y social. 

Se trata de que toda la población se cuestione sobre qué significa “ser hombre” hoy, el proceso de construcción de las nuevas masculinidades y de deconstrucción de las masculinidades tradicionales que les otorgan privilegios y, paradójicamente, les generan presiones sociales que les provocan profundas vulnerabilidades.

La masculinidad tradicional suele colocar a los hombres en mayor exposición al peligro y al abandono de su propio bienestar; mandatos culturales que los presionan a ser invulnerables, a asumir riesgos, a no pedir ayuda y a reprimir sus emociones, lo que coloca como sus principales causas de muerte a la diabetes, VIH/SIDA, accidentes de tránsito, suicidio, violencia y enfermedades cardiovasculares. La salud también tiene género. 

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, los hombres de las Américas viven entre cinco y siete años menos que las mujeres. No es un dato menor. 

Aunque las agendas de igualdad se han enfocado históricamente en las mujeres, dada la gran magnitud de las violencias que enfrentan, es igualmente necesario reconocer las áreas donde los hombres requieren atención. De ahí la conmemoración del Día Internacional del Hombre.

Por ello, el Día Internacional del Hombre debe asumirse como un espacio para romper silencios, para hablar del suicidio masculino, del uso problemático de sustancias, de la violencia entre hombres, del abandono de la salud preventiva, del miedo a pedir ayuda y de la presión de encajar en patrones de fortaleza o éxito que muchos no desean o no pueden cumplir.  

Lo que sí se puede y debe celebrar son avances como la construcción de masculinidades que practican relaciones basadas en el respeto, la corresponsabilidad y el cuidado.

El 19 de noviembre es un llamado a reflexionar sobre la salud de los hombres, el cual que no debe circunscribirse a un día. Mejorar el bienestar masculino requiere de un ejercicio constante de reflexión y escucha para comprenderlos y apoyarlos, de forma tal que su masculinidad no sea una cárcel que limite el cuidado de su salud y bienestar integral, sino una forma para que los hombres sean personas plenas, libres y saludables.

¿Usted qué opina?