Plenitud después de los cincuenta

Desde el punto de vista humano, el desarrollo de la persona continua a lo largo de toda la vida

2010-09-24

Lydia Ricaud

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¿Te has preguntado alguna vez en qué consiste que haya mujeres de más de 50 años, activas y llenas de energía, mientras otras empiezan a marchitarse a esa misma edad?

Desde el punto de vista humano, el desarrollo de la persona continua a lo largo de toda la vida; seguimos creciendo y aprendiendo en todas las edades, y hasta que nos morimos, todavía podemos aprender y descubrir cosas nuevas, siempre y cuando conservemos la actitud de expectación y de interés ante la vida.

Las mujeres que empiezan a deteriorarse con la edad son aquéllas que han perdido la capacidad de disfrutar, de conocer, de interesarse por otros, que se han sumido en la apatía y la rutina diaria, y de este tipo de personas, las hay de todas las edades, incluso desde los treinta y los cuarenta. 

Además, existe otro factor importante que influye mucho en la forma como vamos enfrentando el proceso del envejecimiento, que por lo general no es tomado en cuenta. Me refiero a la forma en que hemos visto envejecer a nuestra propia madre o abuela. 

Por ejemplo, si hemos visto que nuestra mamá a medida que deja atrás los cincuenta años de edad, va cayendo en la pasividad, vive quejándose de sus achaques, y se deprime, esto va a influir significativamente en la forma en que vivamos esa etapa de la vida cuando nos llegue el turno.

Cuando por el contrario, hay mujeres mayores cercanas a nosotros que se mantienen activas y optimistas, y aceptan con serenidad los cambios físicos que vienen con la edad, aprenderemos que envejecer no es ninguna catástrofe y que se puede seguir viviendo plenamente a cualquier edad. 

¿Cómo? Mantenerse activa, no sólo física, sino mentalmente; seguir trabajando y estudiando, disfrutar y fomentar las amistades y las relaciones familiares y sociales, son elementos fundamentales para vivir en plenitud.

Hay investigaciones muy interesantes cuyos resultados apuntan a que buena parte del envejecimiento es un proceso aprendido e íntimamente relacionado con la actitud mental.

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