El boomerang de Sheinbaum

DESDE EL RETIRO / Liborio Méndez Zúñiga

2023-12-20

Liborio Méndez Zúñiga

No hace falta repetir nada a lo ya dicho sobre una portada de “Siempre”, esa revista venida a menos desde hace muchos años, cuando a la dueña heredera le quedó grande el legado del padre, y se convirtió en paje de la reacción, provocando de inmediato la descalificación de adeptos y adversarios del infundio de presunto nazismo de la candidata de Morena, cuya trayectoria académica y política es de fama pública y reconocida.

Sin embargo, hay una vertiente de la diatriba que no ha sido tocada y tiene que ver con la personalidad de la ofendida, a quien otra pluma también le regatea la falta de carisma como candidata a la presidencia de México. Aunque Hernán Gómez Bruera, analista político y académico, el autor del No carisma de Claudia ya intentó rectificarse, lo menos que provoca ese aserto es un comparativo con las mujeres que ya han sido presidentas en sus países.

Recordemos a la Golda Meir, la Tatcher, la Bachelet, la Dilma Rouseff, y calibremos eso del carisma a ver que nos provoca, hagamos remembranza de sus estilos de liderazgo y sopesemos si aquel carisma de Evita (que fue adalid del peronismo) que llenaba las plazas y encendía las masas vitoreando la hazaña presidencial del General Perón.  

En Brasil, acaso el semblante adusto de Dilma fue limitante para continuar y engrandecer la gesta de Lula, o bien la gobernanza sobria de la chilena representó la auténtica transición o se quedó coja ante la derecha de Pinochet, que hoy está de vuelta con el No a una nueva Constitución. Y qué decir de la crisis descomunal de la sociedad argentina, que ha sepultado el carisma de los esposos Kirchner. Por otra parte, el caso de la alemana Merkel, ¿ejemplifica un carisma que explica su liderazgo en la Unión Europea?

Pero el tema también me llevó a teclear “Cola de caballo” y para mi sorpresa lo que vomita el internet es información sobre la planta Equisetum arvense, de presunta fama curativa en casi todos los continentes. Con otro truco de búsqueda se encuentra lo relativo al peinado de cabelleras largas de mujeres y hombres. ¿Cómo ve? Salvo su época de líder estudiantil, donde la Sheinbaum lucía pelo corto, su imagen como Jefa de Gobierno ya fue con la famosa cola de caballo. Su razón tendrá, pero su figura en murales y bardas, me parece que fue idea y dibujo de manos morenistas o bien de algún simpatizante, con una expresión nítida de sus rasgos de perfil, ligera sonrisa y vista en el horizonte, que se ha reiterado en la precampaña, motivando y logrando empatía a raudales, por lo cual el infundio de las esvásticas ni la despeinaron.

Bendita cola de caballo, que evoca una planta medicinal, y que para la personalidad sensible y flexible de la próxima Presidenta de México invoca una esperanza de curación de nuestros males sociales, que bien conoce la Doctora en Ciencias que conducirá con alma, corazón y vida los destinos de la Patria. 

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