¿Hasta dónde es legal exhibir a un deudor?

Sello de impago: ¿herramienta legítima o presión social innecesaria?

2025-10-11

Apolo 25

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Un aviso pegado en la puerta principal. Eso fue suficiente para que los vecinos de una colonia en México comenzaran a señalar, comentar y juzgar. El sello advertía sobre una deuda hipotecaria. Aunque es una medida pensada para ejercer presión social, para la familia afectada significó mucho más, ya que su situación quedó expuesta y convertida en el tema de conversación de toda la cuadra.

La colocación de sellos en propiedades con deudas hipotecarias es una de las tácticas de presión más comunes en el país. Los despachos que los colocan argumentan que estos avisos hacen más sencillos los procesos de cobranza. Los afectados, en cambio, denuncian que se trata de una medida que les quita la tranquilidad. 

“Los sellos de impago ejercen presión directa sobre el deudor, que en algunos casos se ve obligado a abandonar la vivienda de forma abrupta, mientras enfrenta la exposición pública y el señalamiento”, explica Mike Ramírez, fundador de Blun.M2, proyecto que ayuda a las personas a multiplicar su patrimonio mediante inversiones en remates hipotecarios.

Las dos caras de la moneda

Este tipo de avisos colocados en el inmueble sirven para detectar inmuebles en conflicto legal, advertir a terceros de realizar algún tipo de transacción y presionar al deudor para que busque una solución. Pero, para los afectados, las consecuencias son más profundas:

1.     Señalamientos y juicios dentro de la comunidad. El sello no solo marca la propiedad, también redefine la percepción social.

2.     Impacto emocional en la familia. La deuda deja de ser un tema financiero para convertirse en una fractura cotidiana.

3.     Problemas de convivencia con los vecinos. La tensión silenciosa contamina vínculos que antes eran neutros o solidarios.

4.     Exposición pública de un asunto incómodo. La deuda deja de ser un asunto jurídico y se vuelve una marca a la vista de todos. 

¿Qué pueden hacer los afectados?

Blun.M2 recomienda documentarlo, solicitar por escrito las razones de que se lleve a cabo la medida y, más importante aún, considerar la negociación como un recurso valioso para resolver el conflicto antes de que escale.

“En la mayoría de los casos, el problema no es la falta de voluntad de pago, sino la poca comunicación. Negociar puede abrirte la puerta a reestructuras, descuentos, y plazos flexibles. No olvidemos que la clave está en actuar antes de que la situación sea irreversible”, concluye Mike Ramírez.

CORTESIA: Viridiana Velázquez

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